4. INTERPRETACIÓN DE SU IDEOLOGÍA O CÓDIGO

Los adeptos al metal están presentes principalmente en la clases medias y altas su ideología está basada en el ateísmo y en la parte ecológica, esta juega un papel rebelde contra la religión pues sus integrantes deben ser ateos para ser aceptados por la parte ecológica se declaran que la cuidan y la conservan, sus actividades principales es frecuentar bares y escuchar el metal, pero siendo selectivos con su música, sin afiliaciones a una única banda o la del momento. El metalero cultiva con mimo su cultura musical, y obtiene de ella tesoros insospechados que los aficionados a estilos más frívolos no son siquiera capaces de imaginar.

 Con respecto a las relaciones sociales se puede notar un carácter antisocial, en distintos aspectos: en la actitud ante la vida, el metalero se presenta como realista, no se entrega a utopías positivistas ni tiene fe ciega en el ser humano. Cree en lo que conoce, y actúa en consecuencia.  Igual que escucha música ruidosa y desagradable a oídos legos, también le desagrada la visión hedonista y fríamente egoísta de la sociedad contemporánea, por lo que suele preferir los espacios naturales, la soledad y el silencio y las relaciones individuales, que a las grandes concentraciones urbanas.

Pero sin lugar a dudas su mayor característica en la rebeldía, que se encuentra como un mensaje en cada uno de las canciones. Que mantiene la rebeldía contra la sociedad, los padres y los valores establecidos, como en los primeros tiempos del heavy metal de los años ochenta. También contra la religión, contra el antropocentrismo y la materialización pedestre de todas las facetas de la vida, como predican el death y el black metal. Los auténticos metaleros son espíritus en lucha que rehúsan someterse a todo lo que la vida social tiene de preestablecido, de ridículamente formal, de ostentativo.     

Dado el poder de la música y el pensamiento del metal vale hacer la pregunta ¿El metal esta relacionado con la violencia? Ante esta pregunta, un estudio realizado por el psicólogo Viren Swami y un grupo de investigadores de la Universidad de Westminster, en Londres, Inglaterra, sugiere que las composiciones más extremas, con los riffs de guitarra más “pesados”, de ritmos complejos y tiempos fuera de lo común, con bruscos cambios a pasajes intenso y melódicos, así como cantos caracterizadas por “gritos, chillidos y gruñidos”, eran de más agrado para quienes marcaban un claro pasaje a lo que en psicología se conoce como la apertura a la experiencia. En otros términos, el gusto por estas características musicales coincidía con las actitudes más negativas y de rechazo hacia la autoridad, la baja autoestima, una mayor necesidad de singularidad y un fuerte desapego por la religiosidad.

Además, la crítica del metal se manifiesta ante el gobierno y las autoridades ya sea por su manera de gobierno, por el descontento o el inconformismo. Esto se ve reflejado las líricas de canciones especialmente en el Heavy y thrash que quería demostrar su rebeldía ante un mundo político ambicioso y que dejaba de lado las necesidades del pueblo. Además de la cosmovisión metalera de alejarse del mundo conformista de hoy en día. También son rebeldes y pasan por encima de todo, también están los que de alguna u otra manera respetan ciertas normas y espacios de cada individuo. Se rehúsan a someterse a todo lo que la  vida social tiene preestablecido. Ven en el mundo un ridículo positivismo antropocéntrico, un mensaje que nos transmiten las clases gobernantes de que todo irá bien si se sigue trabajando, consumiendo y teniendo fe en que todo mejorara.